jueves, 19 de marzo de 2009

Comentario de texto


"El artesano suele compartir su trabajo con el maestro. Su trabajo, tal vez más difícil que el nuestro, tiene el aliciente de la variedad y el atractivo de la aprobación de los demás. Nuestro trabajo se verifica bajo opuestas condiciones. Metidos en cuadras donde impera una severa disciplina, parecemos un rebaño de esclavos sujetos a la vara del señor. Colocados junto a las máquinas, somos servidores de estas. Desde las cinco de la mañana hasta las siete y media de la tarde, siempre hacemos lo mismo. Para nosotros, lejos de ser el dueño de la fábrica nuestro igual, es el ojo vigilante y el espía [...]. Nosotros vemos en él a nuestro tirano."

Benet, J., y Martí, C.: Barcelona a mitjan segle XIX.
El movimen obrer durant el bienni progresista
1854 - 1856. Barcelona, Curial Ediciones, 1976



Estamos ante una fuente histórica. Concretamente ante una fuente escrita directa, ya que estamos citando al autor. Además, procede de la Edad Contemporánea (Desde la Revolución Francesa en 1789 hasta nuestros días).

En el texto apreciamos principalmente el cambio que hay entre las clases tras la Revolución Industrial. Mientras que en la era "pre-industrial" los productores eran reconocidos por su trabajo, trabajaban más gustosamente y con un maestro que les ayudaba, en la era "post-industrial" los trabajadores tenían catorce horas y media de un trabajo que se hacía repetitivo y sistemático a más no poder, con un sueldo que sólo les llegaba para subsistir, sin recibir el aprecio de nadie y vigilados por el señor de la fábrica.

La sociedad de clases de la Sociedad Industrial se dividía en burguesía y proletariado. Los burgueses tenían igualdad de oportunidades, y eran la clase competitiva y emprendedora (el señor en esta fábrica). Por otro lado estaba el proletariado, que eran los que trabajaban en estas fábricas.
Con estas diferencias podemos observar la relación que esto tiene con la idea del Marxismo (creado por Karl Marx), de que siempre habrá dos clases diferentes y una dominará a la otra. Y será así hasta que la clase dominada se rebele contra la opresora.

Por problemas como estos existía también el ludismo, que era un movimiento social en contra de la utilización de esta maquinaria moderna en el proceso productivo.

Carlos Pinto Pérez