(Primera y segunda parte juntas)
La Revolución Francesa, ocurrida en 1789, fue el acontecimiento que marcó el cambio de la Edad Media a la Edad Contemporánea.
Fue una revolución que se produjo en Francia cuando en ésta gobernaba Luis XVI. En aquella época Francia estaba en una gran crisis, que fue producida por las malas cosechas, las ideas de los ilustrados contra la sociedad del Antigua Régimen y una crisis económica que arruinó al Estado.
Ante tantos problemas, se convocaron los llamados Estados Generales, que fueron unas reuniones en las que participaban representantes de cada estamento, cuyo fin era obtener algún tipo de ayuda económica. Estos representantes llevaban cuadernos de quejas en los que formulaban sus peticiones.
Esta crisis se había podido solucionar si los nobles pagaran impuestos, pero como en estas reuniones cada estamento tenía un voto, y de tres estamentos dos eran de nobles, no se puso esta solución. Esto hizo que el tercer estado reclamaran no un voto por estamento, sino por persona. Hay que decir que el estado llano era casi un 96% de la población, y eso haría que eligiesen ellos siempre.
Ante la negativa a esta propuesta, el tercer estado se sublevó y formó la Asamblea Nacional, que seguía las principales ideas de la Ilustración, como las de Montesquieu, Voltaire, o Rosseau. Tras estos sucesos, el 14 de julio de 1789, el pueblo atacó a la fortaleza de la Bastilla, con lo que comenzó la revolución.
Tras esta conquista, el pueblo creó una serie de leyes, en las que el poder ejecutivo residía en el rey, el legislativo en un pequeño parlamento y el judicial en los jueces. De esta forma, con la división de poderes, el Estado funcionaría mucho mejor.
También se derogó la sociedad estamental, y se estableció una igualdad de todos ante la ley. Se aprobó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, y se redactó la Constitución civil del clero.
Con tantos cambios, el rey Luis XVI intentó huir de Francia y aliarse con el enemigo, pero fue descubierto y acusado de traición, lo que le llevó a la guillotina. De esta forma se creó la Primera República francesa, donde destacaban dos partidos: los girondinos, que representaban a la alta burguesía, y los jacobinos, que se identificaban con la burguesía media y baja. Estos últimos defendían el sufragio universal, la república y la defensa interior (y más tarde exterior) de la revolución.
Todo fue avanzando hasta que llegaron las primeras elecciones, que ganan los girondinos, aunque se vuelve a caer en una crisis, ya que a los problemas económicos se les suman las continuas derrotas en el exterior, la quema de plantaciones, y una corrupción causada por el descontento de los sans culottes, que perdieron el derecho a voto.
Tras esta crisis se forma otra revolución, en la que el rey y su familia intentan huir hacia países enemigos. Esto provocó el asalto de las Tullerías por parte de los jacobinos, ayudados por los sans culottes, para acabar con el poder de los girondinos.
Esos sucesos provocaron que los nuevos gobernantes fueran los jacobinos, y dio comienzo la llamada "época del terror" (1792). Se creó un comité para vigilar que nadie atacase a la revolución y se intentó crear una nueva realidad cambiando los calendarios e intentando crear una nueva constitución, aunque nunca fue aplicada. Apareció la guillotina, y hubo una época de ejecuciones masivas: más de cuarenta mil ejecutados, sólo en París.
Una vez que cesó el peligro exterior, la gente se cansa de este sistema tan radical y se da el "golpe de Termidor", liderado por los revolucionarios moderados. Una vez caídos los jacobinos, se crea la constitución de 1795, en la que se vuelve al sufragio censitario, y en la que el poder ejecutivo lo tienen cinco miembros salidos del Parlamento.
Pero los ataques no habían acabado del todo. Los enfrentamientos seguían siendo constantes, y eso hizo que un joven militar que defendía el sistema, Napoleón Bonaparte, fuera concentrando cada vez más poder, y gracias a eso se dio lugar al Consulado en 1800, donde Napoleón gobernaba junto a otros dos cónsules. Y aquí terminamos con la Revolución Francesa.
Carlos Pinto Pérez